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La interseccionalidad...

Creo que escogí este tema porque quería explicar un poco que ha significado para mí vivir en Catalunya, Europa, luego de haber crecido toda mi vida en Chile, Sudamérica.
Mi experiencia como mujer hoy se condiciona por haber crecido en un lugar, de lo más privilegiados en Chile, pero de los mas desprotegidos a nivel global, el “tercer mundo” le dicen aquí. Kimberlé Williams nos propone la idea de interseccionalidad como: el fenómeno por el cual cada individuo sufre opresión u ostenta privilegio en base a su pertenencia a múltiples categorías sociales” y esto me da espacio para ponerme a pensar, ¿Cómo ha cambiado mi forma de vivir el feminismo desde que llegué aquí? ¿Cómo ha sido para mi vivir esta lucha con otras mujeres?
Para mi venir desde chile ha sido una experiencia lenta, en la que cada una de las partes de mi historia me han ido cambiando, planteando nuevas posibilidades de entender quien soy o nuevas formas de proponerle al mundo.
De recién llegada estuve contactando gente por instagram. Seguí cuentas de cine, revisaba los seguidores y les enviaba mensajes a mujeres que viera que les interesaba lo audiovisual. Era una invitación a mi casa el día martes y ver ahí entre feminismos y audiovisuales que aparecía. Ese día hice un documento en mi computador que se llamaba “El Martes”. Fui registrando cada una de la sesiones.
Con el paso de las semanas los martes se transformaron, creo que, para todas, en los días más preciados. Hablábamos, llorábamos, reíamos, nos ayudamos y acompañamos en los procesos que cada una estuvo viviendo durante dos meses.
Este fue mi primer acercamiento al feminismo aquí. Tratar de recuperar este espacio de mujeres de confianza que me hacía tanta falta.
Luego de esto mi proceso ha seguido sola y creo que constantemente me encuentro con situaciones en las que me doy cuenta lo difícil que es describir una experiencia vivida, un contexto social que se estructura de manera diferente, donde la violencia es mucho más visible y los abusadores se hacen más reconocibles. Todavía no se identificar algunas cosas. No logro verlo como lo veía en mi territorio, siento que aquí, al no ser todo tan visible solo hay miles de “aliados” y eso me asusta. Hay otra violencia, más pasiva, agresores encubiertos, pero ahí están. ¿Estaré muy a la defensiva? ¿Daré muy poco espacio al cambio? ¿Me defenderé de más? Ahí es cuando me acuerdo que me crie en otro lugar.
La idea de interseccionalidad, es una teoría social y política que nos ayuda a visibilizar un conjunto de formas de opresión/discriminación invisibilizada hasta el momento y creo que es importante recalcar que el hombre que vive aquí es absolutamente diferente al hombre chileno ¿En que se diferencian?; En Chile la cultura machista y patriarcal se fortalece por las injusticias sociales, un estado que no protege a sus
ciudadanos, lo que nos enfrenta a condiciones que aquí no se dan. En consecuencia, nos encontramos con una masculinidad absolutamente diferente. El hombre aborigen, el hombre negro, el hombre campesino, el hombre migrante, el hombre latinoamericano, reproduce, en muchos casos, los sistemas de opresión de los que son víctimas, en contra de las mujeres de sus entornos familiares. En Chile, por ejemplo, la explotación laboral es algo que ya está normalizado, siendo uno de los países mas neoliberales de Sudamérica en el que la gente trabaja para sobrevivir, podemos ver como esto intensifica la situación de violencia género en los hogares. Con mis romíes mexicanos siempre comentamos de esta sensación de que todo está cerrado siempre. Luego nos viene un segundo pensamiento que nos recuerda que en Latinoamérica la gente no descansa, que el tener un horario laboral justo no es parte de lo que reconocemos como normal. Nos extraña que la ciudad descanse. Me pasa igual con las niñas que viven en frente mío, siempre las veo pasear por el barrio solas, acompañadas las unas de las otras y hay una parte de mi que se queda pensando “ai, no les irá a pasar algo”. Creo que nunca les ha pasado nada, y esa realidad en Chile no existe, estar en la calle es estar desprotegido.
Mi feminismo se ha seguido desarrollando hasta hoy y definitivamente el cambio de territorio confundió mi forma de entender algunas cosas, pero, si hay algo de lo que si estoy segura, es que cada feminismo es diferente, que cada una de nosotras está atravesada por condiciones sociales/culturales diferentes donde tu género, raza/etnia afectan en el tipo de discriminación que recibes, discriminación que emerge de la intersección de diferentes ejes de poder social y que en mi caso, tiene que ver con mi identidad como latina viviendo en Europa. Creo que ahora decir eso me hace mas poderosa, me reconozco y abrazo mi lucha. De a poco voy entendiendo mejor cómo me construyo, cuales son mis luchas y como puedo aprender de mis compañeras.